Sant Jordi's Blues

Hoy 23 de Abril se celebra el día internacional del libro. En Catalunya, además, existe la tradición de que los hombres regalen una rosa a su pareja (amante, amiga, madre, lo que sea...), mientras que ellas regalan un libro a cambio, siguiendo una antigua tradición.

Este día siempre ha sido un día especial para mí. Desde muy pequeñito siempre tenido mucha tirada por los libros, así que he llegado a considerar este día como mi verdadero cumpleaños, o si queréis, como un cumpleaños alternativo. Supongo que esta sensación se fue afianzando a medida que el Día de Sant Jordi se convertía en una fiesta de celebración, de hacerme un regalo especial, un regalo por y para mí. Y cómo no, el regalo era un libro. El día de Sant Jordi, a diferencia del resto del año, me esforzaba por comprar un libro diferente, un libro que seguramente no compraría durante el resto del año. Nada de buscar la última novedad de alguno de mis autores favoritos, o de comprar el best seller de moda para este día... Al contrario: comprar un libro desconocido, del que no supiera nada... Dejarme engatusar por lo que me sugería el título, o por la descripción de la contraportada... Recuerdo haber comprado "Siete cuentos misóginos" después de una separación sentimental, por ejemplo... El Opus Pistorum, de Henry Miller porque la descripción de la contraportada y la sugerente foto de la portada (que no coinciden con las que enlazo)... Así, cada año el reto era encontrar ese libro que destacaba entre los demás, pero que destacaba únicamente para mí.

Sin embargo, eso se acabó. Cada año me ha costado más encontrar ése libro especial para este día especial. Cada vez las calles están más masificadas, repletas de gente que compra libros únicamente como respuesta pavlovskiana a las campañas de márketing. Hoy, en una librería, he cazado la siguiente frase al vuelo -que traduzco al castellano-: "...tanta prisa por comprar un libro que después dejaréis en la estantería y no volveréis a mirar en todo el año..." Era la resignada frase de un padre tras unos chicos que entraban a empujones en la abarrotada librería de la que yo huía.

Este año todo el mundo anda tras la segunda parte de Los pilares de la tierra, el tochísimo Un mundo sin fin, del principal culpable de la deforestación del amazonas Ken Follet. Por otra parte, el tremendamente publicitado El Juego del Ángel, de Ruíz Zafón (este lo ha comprado Elisabet)
Naturalmente, no faltarán en las listas los libros oportunistas de turno (escritos -es un decir- por futbolistas, presentador@s, famosillos de turno, etc....) y los clásicos de toda la vida (de chistes, de cocina, de psicología alternativa...)

Sin embargo, ese es el cáncer que ha matado, al menos pará mí, la alegría de una fiesta que era muy especial para mí. Te asomas esquivando codazos a una parada de libros, echas un vistazo y te dejas llevar por los empujones de la gente hasta salir del rebufo de la vorágine compradora de abuelas vestidas de domingo, grupetes de amigas que compran libros a amigos y familiares, etc...

En la siguiente parada, tras el mismo ritual masoquista comunitario de codazos y empujones corteses, los mismo títulos sobre los tapetes. Así, una y otra vez, parada tras parada.

La masificación consumista del día del libro ha llevado a las paradas la úniformidad insulsa de la que reina en televisión, donde no importa cuánto cambies de canal, que siempre parece que estén retransmitiendo el mismo talk show, las mismas reposiciones de series, los nuevos pases de películas mil veces emitidas... Ir de una parada a otra se ha convertido en un ejercicio insulso de zapping literario, repasando una y otra vez los mismos títulos de los mismos autores.

Este año mi único placer ha sido el de regalar los libros, porque no he encontrado ninguno que fuera especial para mí.

Pensaba en ese lugar que aparece en los libros de Carlos Ruíz Zafón, el cementerio de los libros olvidados, y me pregunto si los libros que no compre estarán ocultos en sus pasillos...

Como colofón negativo de este triste día de Sant Jordi, acabo de descubrir que ha desaparecido la página de The Invisible Library, la biblioteca virtual de los libros inexistentes (aunque parece que lleva ya bastante tiempo así, por la fecha de esta anotación)...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pues yo lo he leido y me ha encantado. Por cierto que flipo cómo espabila la peña, hasta lo subastan en ebay firmado por Zafón, jajaja:

Subasta del último de Zafón en Ebay

....
Xavi Aznar ha dicho que…
Yo tengo "El juego del ángel" en casa, pero estoy en la cola para leerlo, una vez lo acabe Elisbet...

De momento sguiré con Out, que compré el día 22.04...

Es muy triste que la gente vaya a que el autor le firme un libro buscando lucrarse por ello...